La mejor tortilla de patata tradicional.

Pela las patatas, lávalas y sécalas. Corta cada patata a lo largo en 2 o en 4 (depende del tamaño) y después en láminas. Intenta que el tamaño sea lo más parecido para que se hagan igual.

Corta la cebolla en cuadraditos (brunoise) de tamaño mediano-pequeño. Juntála con las patatas cortadas.

En una sartén calienta el AOVE. Cuando esté caliente añade las patatas y la cebolla. Importante: el AOVE debe casi cubrir las patatas.

Cocina las patatas y la cebolla durante 3 minutos a fuego fuerte (intenta que no se rompan). Añade un poquito de sal.

Baja el fuego a temperatura media (de potencia 9 yo la pongo al 6-7) para que la patata se poche/confite. Deja que se cocine aproximadamente 20 minutos. Ve moviéndolas para que se hagan de manera uniforme.

Cuando se haya hecho, vuelve a subir el fuego al máximo para que se doren y se pongan un poco crujientes por los bordes. ¡Este paso es súper importante y uno de los pequeños secretos!

Aquí viene el secreto y truco principal: añade los huevos de dos en dos, ¡sin batir! Añade una pizca de sal a cada huevo. Emulsiónalos poco a poco con las patatas y ve añadiendo más huevos según vaya pidiendo la mezcla. En la descripción pone 10 huevos pero dependerá de su tamaño. Para que la proporción quede bien, la patata tiene que quedar ligeramente cubierta por el huevo.

Pon una cucharada de AOVE en la sartén que vayas a utilizar a temperatura media-alta y deja que se caliente. Añade la mezcla y deja que se selle. Dale la vuelta con un plato o utensilio para ello. Séllala por el otro lado.

Cocínala por cada lado dándole la vuelta dos veces. El tiempo de cocinado depende de lo cuajada o blandita que te guste. Yo suelo dejarla un minuto aproximadamente por cada lado porque me gusta poco hecha.

Colócala en un plato y... ¡lista para disfrutar!