Pizza campestre

Para la masa: En un bol, tamizar la harina con el sobre de levadura, añadir tres pizcas de sal y el orégano y mezclar bien. Abrir un volcán en la mezcla, en el que añadiremos el agua tibia y dos cucharadas de AOVE. Poco a poco, iremos uniendo todo hasta formar una masa. Amasar la masa durante unos 10 minutos. Si es necesario, añadir más harina poco a poco, para que no se nos pegue en las manos. Una vez lista, dejar reposar tapándola con un paño limpio.

Mientras reposa la masa, picamos la cebolla en juliana, los pimientos en tiras finas, los champiñones en láminas y la pechuga de pollo (si es fresca, la pasamos a la plancha y cortamos en tiras no muy finas). Reservamos.

Preparación base de pizza: Una vez picados todo los ingredientes y reposado la masa, espolvoreamos harina sobre la encimera y, con un rodillo, damos forma a la pizza. En mi caso, será rectangular por la forma del horno. Ponemos la base encima de una bandeja de horno y cortamos el sobrante de la masa. A continuación, pinchamos toda la base con un tenedor.

Montamos la pizza: Una vez pinchada la masa, añadimos las dos cucharadas de tomate y las esparcimos bien con un pincel por toda la superficie. Añadimos el queso rallado, las tiras de pollo, la cebolla en juliana, las tiras de pimiento rojo, verde, amarillo y, por último, los champiñones laminados.

Horneado: Precalentar el horno a 220°. Una vez alcancemos esta temperatura, introducimos la pizza en el horno unos 25 minutos, vigilando que no se queme.