Pollo a la Begoña con patatas, limón y romero.

Aceitar el fondo de la fuente donde se va a hornear y hacer una cama con las patatas muy bien lavadas y cortadas en rodajas muy finas. Añadir otra capa de la cebolla cortada en juliana.

Añadir el vino, el jugo de dos limones y salpimentar.

Acostar al pollo sobre su cama. Se rellena con un limón partido en cuartos, una varita de romero y una cabeza de ajos entera y bien lavada. Se le unta un poco de aceite en la piel y se salpimienta.

Alrededor del pollo se ponen rodajas de limón y el romero, que si es fresco hace la diferencia.

Se hornea a 200 grados una hora por un lado y otra hora por el otro. El tiempo de horneado depende del tamaño de pollo, del horno y del gusto. A mí me gusta muy hecho con la piel muy dorada y que se separen los huesos de la carne fácilmente. Como mínimo hay que mirar que la pechuga no sangre ni suelte líquido. Hay que vigilar también que las patatas no se queden sin líquido, pero tampoco nadando.

En las cantidades he puesto 800 gramos para facilitar la medida de una ración individual, ya que pesaré la carne sin huesos. Los pollos enteros que se venden suelen pesar alrededor de los dos kilos, suficiente para cuatro raciones de adultos de buen diente.