Pizza crujiente con base de copos de avena y toppings de distintos quesos, aceitunas negras y maíz

Primero, realizamos la base casera. Mezclamos en un recipiente los copos de avena, la harina, un sobre de levadura química en polvo, el agua tibia y una cucharada de AOVE. Mezclamos bien y dejamos reposar una hora tapando el recipiente con un paño limpio y a temperatura ambiente.

Segundo, colocamos la masa de la base de la pizza sobre papel de horno y la extiramos con las manos o un rodillo hasta que quede muy fina. La masa está pegajosa por lo que nos podemos ayudar de un poco de harina para poder extirarla con más facilidad. Cuanto más fina quede la base, más crujiente será el resultado final y más rápido se hará en el horno.

Tercero, colocamos la salsa de tomate y extendemos bien sobre la base con ayuda de una cuchara. Posteriormente, echamos el queso rayado de manera uniforme y en los márgenes de la base, colocamos el queso en lonchas cortado previamente en tiras para conformar un círculo. De esta manera, conseguimos que los márgenes, los cuales los doblamos ligeramente hacia dentro quedándose queso en el interior, sepan a queso y estén muy crujientes. Después, echamos las aceitunas, el maiz y las especias: orégano y mix de pimientas. Por último, echamos pequeñas gotas de AOVE por encima de la pizza.

Cuarto, introducimos la pizza en el horno a 200 grados durante 20 minutos (opción de arriba y abajo).