Dorada a la sal

La dorada a la sal es muy fácil de hacer y no queda nada salada como se puede pensar, al contrario, sale lista para consumir sin necesidad de rectificar en nada, eso sí, tiene que gustar el sabor a pescado porque se come tal cual con un chorrito de limón.

La técnica consiste en cubrir una base de sal gorda en una bandeja para horno, colocar la dorada y tapar todo con más sal gorda, dejando únicamente fuera los ojos, ya que gracias a los ojos sabremos cuándo está cocinada.

*Importante*: la dorada debe estar entera, sin limpiar, de esa manera garantizamos que no entre sal dentro del pescado y por lo tanto nos quede salado.

Una vez cubierto todo de sal, nos mojamos las manos con agua y vamos echándole encima de la sal, humedeciéndola. Horneamos a 200° hasta que veamos que los ojitos han cambiado de color y se han puesto blancos. Aproximadamente unos 40-60 min dependiendo del tamaño o de la cantidad de pescado que pongamos en la bandeja. La sal habrá creado una costra dura.

Rompemos la costra dura de sal con ayuda de una cuchara y tenedor y vamos retirando hasta que aparezca la dorada. El pescado se limpia muy fácil ya que la piel sale enseguida y se puede separar los lomos con facilidad. Comemos con un chorrito de limón.

Acompañamiento: cualquier tipo de ensaladas, mi favorita, de judías verdes. También con verduritas. Una manera de comer diferente el pescado pero muy sabroso.