Pimientos asados

Limpiamos los pimientos y los asamos. Durante una hora a 200 grados. (aproximadamente) Tienen que dorarse un poquito. Es muy importante que los pimientos no se rompan o se dañe para así poder aprovechar el líquido interior.

Hay dos opciones. Apagar el horno y dejar los pimientos dentro hasta que enfríe el horno y los pimientos. Por ejemplo toda la noche, o colocarlos en un bol y taparlos con papel film para que el calor residual ablande la piel. Y los pimientos, (hagamos como los hagamos) exuden el jugo.

Con cuidado pelamos los pimientos y los volvemos a colocar en el mismo jugo. Es importante hacerlo sin agua.

Ahora tenemos dos opciones. Guardarlos así en un tupper o directamente colocar esos pimientos con su jugo en una sartén y calentarlos a fuego suave para potenciar ese sabor y aroma característico del pimiento. A partir de aquí sois libres de hacer lo que queráis por ejemplo con un buen chorro de Aove y sal gorda o unas tostadas.

Espero que os gusten!!