Pollo al curry

Marinamos el pollo la noche anterior: con aceite, sal, un pimienta y curry al gusto (no haced caso a las medidas estándar que he puesto en los ingredientes). Yo siempre pongo las especias a ojo, pero recomiendo poner una cantidad considerable de curry para que se note el sabor. Una vez impregnado, dejad reposar en la nevera dentro de un tupper o bolsa zip.

Al día siguiente: cocinamos el pollo en una sartén y reservamos (salpimentar si lo consideramos necesario, yo lo hice)

Apartado en pollo, podemos usar esa misma sartén para empezar a hacer la salsa. Un chorro de aceite y cuando esté caliente ponemos la cebolla, el ajo, y si se quiere un sabor mas oriental, un poco de jengibre. A fuego medio hasta que la cebolla esté dorada.

En este punto añadimos el comino, curry, sal, pimienta negra y, opcional, una espécie llamada “garam masala” (de nuevo, si se quiere un sabor más oriental, se encuentra en los supermercados índios). Poned las espécias al gusto y si quereis un sabor picante, añadid guindilla o cayena. No tengáis miedo a que el sabor sea demasiado fuerte, la leche de coco que se añade al final va a suavizar todo (pero tampoco os paseis, especialmente con el comino que es muy fuerte) Importante: en este paso hay que bajar el fuego para que no se quemen las especias

Una vez tengamos la cebolla dorada y bien especiada, añadimos el pimiento cortado pequeño. dejamos que se cocine.

Añadimos la lata de tomate natural triturado y dejamos que haga chup chup hasta que reduzca. Al finalizar, batimos todo este sofrito en una licuadora hasta que quede la salsa sin trozos de verdura.

Una vez bien licuada, echamos la salsa en la sarten y añadimos la lata de leche de coco. Mesclamos bien para que se integren y se suavicen los sabores. Añadimos el pollo que cocinamos y reservamos al principio, y dejamos que haga chup chup a fuego medio-bajo unos quince minutos (removiendo de vez en cuando para que no se pegue en la sartén)