Croquetas de espinacas y queso

Ya sabéis que las cantidades son relativas. Id haciéndolo como queráis y lo que pida la bechamel.

Ponemos a cocer las espinacas. Cuatro o cinco cuadraditos congelados serán suficientes pero puedes echarle lo que quieras.

En un cazo echamos aceite y dos cucharadas de harina para quitarle el sabor a crudo. Cuando esté un poco hecho le vamos añadiendo la leche poco a poco mientras removemos con la varilla hasta conseguir la consistencia que queramos. Yo la dejé un poquito líquida para que las croquetas queden así después.

Cuando esté lista, añadimos las espinacas y un poco de queso azul, removemos hasta que se deshaga el queso. Un poquito de sal y pimienta y si quieres para darle un poco más de sabor, puedes freír un poco de chorizo y echarselo junto al aceite que suelte a la mezcla.

Para que el rebozado sea más fácil puedes hacer bolitas en unas hueveras de plástico y congelarlo. Cuando estén congeladas se rebozan con el huevo y el pan rallado y de nuevo al congelador.

Ya las tienes listas para cuando te apetezca. Fríelas congeladas directamente y a disfrutar!