Pastel de espinacas, tomate y cebolla

Cortamos las verduras. - La cebolla se pica muy finita. - El tomate cherry (podéis usar otro) se corta en cuadraditos medianos. - La espinaca puede no trocearse o hacerlo ligeramente.

Pochamos esas mismas verduras con los piñones en una sartén ya caliente con un poco de aceite de oliva virgen. - Primero sofreímos solo la cebolla con los piñones. - Añadimos los tomates. - Finalizamos con las espinacas.

En un bol separado, batimos los huevos. Recomiendo calcular a ojo según la cantidad de verduras que haya. En mi caso, para cuatro comensales, suelo necesitar cinco o seis huevos medianos.

Añadimos un poco de leche a la mezcla de huevos. Condimentamos con sal, pimienta y, opcionalmente, ajo en polvo.

Añadimos las verduras ya cocinadas junto a los piñones, así como unas pasas en la mezcla de los huevos. Lo unimos todo.

Pasamos esa mezcla a un recipiente apto para horno. Yo utilizo uno de cristal cuadrado o rectangular que no sea ni muy alto ni muy bajo.

De forma opcional, se puede añadir por encima queso. Personalmente, escojo añadir queso fresco batido porque es la opción sin grasas más saludable, pero también se puede poner queso rallado, feta, mozzarella, parmesano...

Una vez el horno está precalentado, metemos nuestro pastel y lo dejamos una media hora a unos 200-230 grados centígrados. Vigilad, no obstante, porque el tiempo puede variar.

Una vez listo, lo sacamos del horno y... ¡a comer!